Por segundo día consecutivo, las fuerzas de ocupación israelíes impusieron severas restricciones militares en toda Cisjordania, restringiendo el tránsito mediante cierres generalizados de carreteras y barricadas en los puestos de control.

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En Ramala y Al-Bireh, las fuerzas israelíes han intensificado su presencia en los principales puntos de entrada y salida.

En este sentido, restablecieron puestos de control militares en cruces clave, incluida la entrada a Rawabi, y se cerraron las puertas de hierro de Ein Siniya y Atara.

Además, se bloqueó el acceso al norte de Al-Bireh y a la entrada oriental de Al-Taybeh, aislando así la gobernación del resto de Cisjordania.

El asedio también se extiende a Jericó, donde las tropas israelíes continúan restringiendo el acceso y la salida de la ciudad a través de todos los puestos de control principales y secundarios que la rodean.

Tras trasladarse a Nablus, el Ejército israelí instaló puestos de control adicionales, registrándose cierres casi totales en Deir Sharaf, los puestos de control meridionales de Al-Murabba’a y Awarta, y la puerta oriental de Beit Furik.

Los puestos de control meridionales de Yatma, Aqraba y Zaatara también experimentaron fuertes restricciones.

En el Valle del Jordán, específicamente en la Gobernación de Tubas, se observaron cierres intensificados en los puestos de control de Tayaseer y Hamra por segundo día consecutivo.

Informes locales indican que estos cierres han sido frecuentes durante más de dos años, con soldados que sistemáticamente han rechazado vehículos y peatones.

En Salfit, el Ejército sionista selló la entrada norte de la ciudad y bloqueó el acceso a varias aldeas circundantes, como Bruqin, Qarawat Bani Hassan, Haris, Kifl Haris, Deir Istiya, Kafr ad-Dik, Yasuf y Marda, aislándolas efectivamente de las carreteras principales.

Finalmente, en Qalqilya, las fuerzas de ocupación continúan cerrando la entrada oriental a la ciudad, así como las entradas a las aldeas al este (Nabi Elias, Imatin y Al-Funduq-Hajjah), utilizando verjas de hierro.

Por otro lado, en Hebrón, las tropas israelíes impusieron cierres estrictos en todos los puestos de control de entrada y salida de la ciudad, impidiendo a los residentes entrar o salir de las ciudades y pueblos circundantes.

Estas acciones se suman al ilegal avance de Israel en Cisjordania, donde la entidad sionista ha continuado robándose progresivamente territorios en los que luego instala asentamientos de colonos.

Al respecto, un informe de la ONU señala que hay alrededor de 737.000 colonos israelíes en Cisjordania, lo que constituye la anexión de grandes extensiones de dichos territorios.  

El establecimiento ilegal de estos asentamientos en Cisjordania institucionaliza aún más los patrones de discriminación sistemática, segregación, opresión, dominación, violencia y otros actos inhumanos contra el pueblo palestino, así como el control de sus territorios ocupados, recoge dicho documento.

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